Tras el acero 316L y el oro K, el titanio ha surgido como un material premium en la relojería. El titanio, un metal que se asemeja al acero con un brillo grisáceo plateado, mantiene permanentemente su color a temperatura ambiente sin ennegrecerse. Conocido por su alta resistencia específica, excepcional resistencia a la corrosión y biocompatibilidad (libre de níquel, hipoalergénico), el titanio se utiliza ampliamente en aplicaciones aeroespaciales y en buceo profundo. Con una densidad aproximadamente la mitad que la del acero (aproximadamente 4,5 g/cm³ frente a 8,0 g/cm³ del acero), un reloj de titanio pesa considerablemente menos que su equivalente en acero inoxidable. Su capacidad para mantener la resistencia a altas temperaturas (alrededor de 538°C / 1000°F) añade valor a sus credenciales. Estas propiedades, notablemente su resistencia a la corrosión y su naturaleza ligera, hacen del titanio un material excepcionalmente adecuado para relojes de buceo.